El madroño o “Arbustus unedo” es un arbusto o pequeño árbol de hoja perenne que puede alcanzar hasta 8 metros de altura. Es originario de la zona mediterránea, y podemos encontrarlo prácticamente por toda la península, ya que soporta bien la sequía y el calor. Tiene gran valor como planta ornamental, ya que mantiene el color vivo de su follaje todo el año y con la poda adecuada se puede moldear su forma.
La corteza de su tronco y ramas es de color pardo- rojiza, agrietada y escamosa, que en las ramas jóvenes es de un color más rojizo y en las maduras se vuelve de color grisáceo.
Las hojas son perennes, con forma lanceolada, simples, alternas y de color verde intenso, brillantes en el haz y mates en el envés. El margen de estas hojas está serrado. Las hojas y corteza de este pequeño árbol se utilizan a menudo para curtir debido a su alto contenido de taninos.
Las flores del madroño son de color blanco con forma de campana, aparecen agrupadas al final del otoño o principios del invierno. Los frutos de este arbusto son carnosos y redondeados, que al madurar tornan en color rojo anaranjado. Es frecuente poder ver flor y fruto a la vez.
Con los frutos del madroño se elaboran compotas, vinagres y bebidas alcohólicas como el aguardiente.
Ubicación:
- Es un arbusto al que le gusta el sol, pero vive bien en semi- sombra.
- En cuanto al suelo, prefiere suelos ácidos, aunque es capaz de adaptarse a suelos calizos.
- Necesita suelos profundos con buen drenaje.
Riego:
- Necesita un riego moderado y regular, evitando siempre el encharcamiento.
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